Llama una luser indicando que tiene problemas para abrir un documento. Ayer estuvo trabajando en un documento que guarda en un pendrive y hoy, que lo necesita súper urgente, no lo puede abrir. Ha probado en varios ordenadores de Garito S.A y en todos aparece un error al intentar abrirlo.
Le digo que me haga llegar el documento que probaré de abrirlo con unas herramientas de recuperación que tenemos (normalmente se abren utilizando Libre Office ;) ) y me dice que no, que es un documento confidencial que no puedo ver.
Entonces le hago ver que difícilmente podré ayudarla a abrir ese documento si no puedo abrirlo. Y lo que no voy a hacer, lógicamente, es darle una clase magistral sobre restauración y recuperación de ficheros dañados.
Esto es como ir al médico con un problema en los genitales y negarte a enseñarle esta parte al doctor. Es tan ilógico como pedir ayuda para abrir un fichero… sin dejar abrirlo.
Así quedó el tema. Yo no abrí el fichero y ella…. tampoco.
Pues que se joda. A mí me pasó lo mismo hace unos años. Una petarda no podía abrir un correo que le había llegado y me pidió ayuda, pero al mismo tiempo no me permitió ni intentarlo, porque era confidencial y decía que yo no podía verlo. De nada sirvió el hacerle ver que yo no tenía ningún interés en el contenido del correo, y que nada de lo que viera iba a salir de ahí. Por tanto, ahí se quedó con su problema.
Más tarde supe la razón de tanto secretismo: era un correo de un pavo la mar de explícito con el que al parecer le ponía los cuernos al marido (verídico!!!!) XDDDDDD